Nueve secretos que a la esposa de tu pastor le gustaría que supieras

+) Scandal! (+, por Vince Petaccio

Por: Christina Stolaas
04/06/2014
Traducido por: Suyai Rodríguez Cameron
Artículo original en SHATTERED MAGAZINE.

 

Ella siempre está allí. A veces está en segundo plano, a veces está adelante con una sonrisa cálida, a veces se percatan de ella y la valoran, a veces está siendo juzgada en silencio. La esposa de tu pastor, la fuerza poderosa detrás de la mayor parte de los líderes de iglesia que a menudo es percibida como un misterio por el resto de la iglesia. No tiene por qué ser así.

¿Qué pasaría si le pidiéramos a la esposa de nuestro pastor que nos contara algunos de sus secretos honestamente y sin tapujos? ¿Qué pasaría si las invitáramos a compartir sus corazones con nosotros y nos contaran aquellas cosas que desearían que la iglesia supiera?

Hice una pregunta abierta a un grupo de esposas de pastores de diferentes estados, de diferentes denominaciones y con variados tiempos en años de servicio: «¿Si le pudieras contar a la iglesia algunas cosas acerca de tu rol como esposa de pastor, que les dirías?”

Las mujeres elegidas son esposas de ministros de alabanza, líderes de niños, pastores titulares y pastores de jóvenes. Algunas sirven en iglesias con mucho personal e incluso grandes presupuestos, otras en plantaciones de iglesias nuevas y también algunas se encuentran en congregaciones de personas mayores y que apenas sobreviven. A pesar de sus distintos trasfondos, sus respuestas fueron extrañamente similares y, en varios casos, casi idénticas.

Me he juntado a tomar café, he intercambiado correos electrónicos y he tenido largas conversaciones con muchas de ellas quienes han compartido sus secretos conmigo con plena libertad a cambio de mi promesa de mantenerlas en anonimato. Lo que sigue a continuación es un resumen de sus palabras.

1) “Me gustaría que la gente supiera que luchamos por pasar tiempo en familia.”
Hubo una respuesta en común que todas las esposas de pastor me dieron. Cada. Una. De. Ellas. Vez tras vez, muchas esposas de pastor compartieron conmigo numerosas ocasiones en que sus vacaciones planeadas habían tenido que acabar de golpe (¿no sería difícil eso?) Me contaron cómo tardes en familia habían tenido que reorganizarse debido a crisis de miembros de la iglesia, emergencias en medio de la noche e interrupciones en forma constante. Un verdadero día libre es una rara ocasión, incluso en los días libres programados ya que sus esposos están «de turno» 24 horas de los 7 días de la semana.

2) “Casi todos los días tengo miedo de estar echándolo todo a perder.”
No se las saben todas. Ellas batallan con muchas de las mismas cosas que cualquier otra mujer batalla: problemas matrimoniales, dificultades con la familia extendida, enfermedades, finanzas, hijos que toman malas decisiones, miedo e inseguridades. Algunas etapas de la vida son evidentemente más duras que otras; pero recuerda, las esposas de pastor no son la Mujer Maravilla con súper poderes. Por favor ten un poco de misericordia y ten gracia para con ellas.

3) “Ser una esposa de pastor es LA cosa más solitaria que jamás he hecho y esto se debe a muchas razones.”
Personalmente, creo que esto puede tomar por sorpresa a muchos (por lo menos así fue para mí). Varias de las mujeres compartieron conmigo acerca de lo difícil que les era encontrar amistades que fueron seguras, que las miraran (o trataran) diferente al resto e incluso de su deseo de ser invitadas ocasionalmente a salir alguna noche solo con mujeres. Una de las mujeres comento: «Invítennos a algo solo para conocernos mejor. Nos gusta que quieran conocernos.» Las personas en las iglesias asumen que a la esposa del pastor todos la invitan y que es popular. La verdad es que, sea cual sea el motivo, muchas mujeres temen hacerse amigas de ellas. En las mañanas de los domingo, las esposas de pastor están casi siempre sentadas solas y en ese momento, aquellas que tienen hijos, están cumpliendo el rol de madres solteras.

4) “Está bien conversar conmigo acerca de asuntos que no tienen que ver con la iglesia e incluso con Jesús. Ese tipo de conversaciones son bienvenidas. Lo dije, ¿y qué?”
Tienen un sinfín de intereses. Lo creas o no, muchas esposas de pastor fueron a la universidad y tuvieron trabajos a tiempo completo antes de convertirse en la «Sra. Esposa del Pastor». Tienen hobbies, cosas que les gustan y que no, y aunque muchas veces sirven junto a sus esposos, son individuos con dones propios y únicos. No cometas el error de asumir que la esposa de tu pastor tiene la misma personalidad que su esposo. Una esposa me contó que cuando estaba por casarse y anunciaron su compromiso a la gente, mucha gente le comentó que debía ser una cantante increíble (esto dado que su esposo iba a ser un ministro de alabanza). Al responder que cuando ella cantaba sonaba más como un gato que se está muriendo que como un pajarito elegante, se hacía evidente el shock en sus rostros.

5) “A veces los domingos son mi día menos preferido. Espera un momento… ¿tengo permiso para decir eso?”
Los domingos son difíciles. Y largos. Y no hay descanso. Para una esposa de pastor, el domingo significa levantarse temprano para correr y alistar a la familia en sus ropas de día domingo. A pesar de que puede que no veas a la esposa de tu pastor en escena, tenlo por seguro, el domingo es igual de cansador para casi todas (todas) ellas.

6) “Es difícil no guardar rencor o permitirle a tu carne arremeter contra aquellos miembros quienes critican abiertamente el ministerio de tu esposo.”
Odian las críticas en la iglesia más que cualquier otra cosa. Es doloroso. Ofende y, sí, es muy difícil no tomarlo a pecho. Es una de las cosas más destructivas de las cuales son testigo en forma regular dentro de la iglesia, ya sea a través de correos electrónicos, redes sociales o chismes. Les gustaría que la gente comprendiera cuan seria es la Palabra de Dios cuando habla acerca del peligro y el poder de nuestras palabras. Y cuánto daña a la familia del pastor.

7) “Por favor no me mires en menos o asumas que no apoyo a mi esposo solo porque no me ves ahí cada vez que las puertas de la iglesia están abiertas.”
La mayoría de las esposas no son parte del personal que recibe sueldo. Ellas son esposas, madres, y algunas tienen trabajos fuera de casa y necesitan tener la libertad para orar y escoger a qué ministerios se sienten llamadas.

8) “Desearía que las personas supieran que le enseñamos a nuestros hijos a tomar buenas decisiones, pero que a veces, no lo hacen.”
A toda costa, las bromas acerca de hijos de pastor debieran ser evitadas. El riesgo de rebelión cuando se trata de un “hijo de pastor” no es un secreto. No son perfectos, y nunca lo serán (¿acaso los tuyos lo son?). Ellos tienen que aprender a caminar en su fe al igual que otros niños y necesitan que los animen y les gusta que lo hagan. Una vez más, actúa con gracia hacia ellos.

9) “Lo que puedo decirte es que he sido bendecida sin medida, se me han hecho regalos, me han dado ofrendas, amor y oraciones… han orado tanto por mí… tanta gente.”
Ellas aman su iglesia y entienden que su rol trae consigo desafíos especiales y bendiciones especiales: es algo que las llena y les brinda gran gozo.

Un pensamiento extra
A pesar de que no fue una respuesta común, hubo una que se destacó. Al comienzo de la lista de una esposa de pastor veterana simplemente decía: “Borré mi número 1”. Algunos secretos son tan difíciles de compartir que incluso la promesa de confidencialidad absoluta no es suficiente para revelarlos.

Estas mujeres de Dios son dueñas de algo que quieren que nosotros sepamos y, como cuerpo de creyentes que trabajamos juntos hacia una misma meta, pienso que podríamos profundizar nuestro conocimiento acerca de cómo apreciar a nuestros líderes escuchándolos. Todas estas respuestas apuntan a una verdad en particular: la esposa de tu pastor es un ser humano que desea que la conozcan, tal como tú.

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