Un artículo escrito por el Dr. Jack Cottrell.
Una meditación de navidad.
Durante nuestra temporada navideña reciente, noté muchas referencias al GOZO. ¿Exactamente qué es “gozo” y por qué está tan entrañablemente conectado con navidad? Primero notamos que, en la noche del nacimiento de Jesús, el ángel de Dios les dijo a los pastores, “No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo” (Lucas 2:10 NBLH). Mi canción navideña favorita comienza, “Al mundo paz, nación Jesús”* Para cristianos, este gozo no está limitado a la temporada de navidad. Muchos niños cantaban, por todo el año: “¡Yo tengo gozo, gozo en mi corazón!”
¿Exactamente qué es esta cosa llamada gozo? ¿Y por qué tienen tanto de ello los cristianos? Aquí comenzaré con la palabra “gozo” misma, y luego progresaré a otras dos palabras, “esperanza” y “gloria”.
I. GOZO. El gozo, básicamente, es un sentimiento o emoción que comienza en el corazón. Es un sentimiento de felicidad, de alegría, de deleite. Ser gozoso es estar feliz de estar vivo. Este sentimiento gozoso rebosa hacia nuestro comportamiento. Nos encontramos sonriendo, riendo y queriendo cantar con James Brown, “I feel good” (“Me siento bien”) o con Michael Bublé “I’m feeling good” (“Me estoy sintiendo bien”).
No puedo pensar en nada que atrapa el espíritu de gozo más que otra canción para niños, uno que va así, “¡Está burbujeando, está burbujeando, está burbujeando en mi alma! ¡Hay cantos, hay risa, desde que Jesús me cambió! La gente no entiende, ni puedo mantenerlo callado: ¿está burbujeando, burbujeando, burbujeando, burbujeando—burbujeando día y noche!”
II. ESPERANZA. Esto nos lleva a preguntar: ¿Qué causa este sentimiento de gozo en las vidas de los cristianos? Podríamos comenzar con cosas que han sucedido en el pasado, como el nacimiento de Jesús. Pero su nacimiento, por supuesto, simplemente fue el medio por el que vivió y al último murió y resucitó, las cuales son las verdaderas fuentes de nuestro gozo cristiano. Cuando el ángel anunció a las mujeres que Jesús había resucitado de entre los muertos, estaban llenas con “gran gozo” (Mateo 28:8). Cuando Jesús se les apareció a los discípulos, ellos “no lo creían a causa de la alegría” (Lucas 24:41). Después de que vieron que asendió a los cielos, ellos “regresaron a Jerusalén con gran gozo” (Lucas 24:52). Nosotros sentimos este mismo gozo cuando pensamos en lo que Jesús hizo por nosotros durante su tiempo en la tierra.
Pero el gozo también viene de nuestras circunstancias presentes. A pesar de los pesares del mundo que enfrentamos cada día, como cristianos sabemos que en este momento poseemos una de las bendiciones más grandes que podemos imaginar. Gracias a Jesús, tenemos el regalo de perdón de pecados; vivimos en un estado de perdón. No tenemos que temer condenación eterna en el infierno, ya que Jesús tomó esa pena sobre sí mismo en nuestro lugar (Romanos 8:1). También poseemos el regalo de la morada interna del Espíritu Santo, que nos da poder cada día para luchar contra el pecado y vivir un estilo de vida santo.
Nuestra fuente más grande de gozo, sin embargo, es algo que yace aún en el futuro. Romanos 12:12 lo resume diciendo que nos estamos gozando “en la esperanza” (NBLH). ¿Qué es esperanza? No es tan solo un deseo o anhelo incierto por algo bueno que puede que nos suceda en el futuro. Le damos al término esa connotación desafortunada, sin embargo, cuando decimos cosas como “ESPERO poder ganar la lotería”. Decimos que “esperamos” ganar, aunque (según varios sitios) ¡las probabilidades de ganar son como uno en mil millones (más o menos)!
Pero en la Biblia, la “esperanza” no solo es un deseo por algo que está incierto o que es casi imposible. Más bien, es una expectativa confiada de algo bueno que sigue en el futuro. Enfatizo la parte sobre EXPECTATIVA CONFIADA. La esperanza bíblica básicamente es lo mismo que el aseguramiento. Estamos seguros sobre nuestra relación presente con Dios, y estamos seguros de nuestro galardón en el cielo. Lo llamamos esperanza solo porque su objetivo es algo que aún está en el futuro (Romanos 8:24-25).
Por lo tanto, el gozo cristiano está basado en esperanza cristiana. Nos “regocijamos en esperanza”—nos sentimos burbujeantes sobre algo que aún ha de venir en nuestro futuro. ¿Exactamente qué es esta cosa maravillosa que estamos esperando?
III. GLORIA. Romanos 5:2 lo resume diciendo que nos “gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Si eres cristiano, ¿qué yace en tu futuro? ¡GLORIA! ¡Esta es nuestra esperanza! ¡Esto es lo que estamos confiadamente esperando después de nuestra muerte, por la eternidad! Veremos una manifestación permanente de Dios en toda su gloria. Viviremos en su presencia. Nos gloriaremos en esa gloria. Viviremos por siempre en su glorioso cielo.
Mateo 5:12 nos exhorta, “¡Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande!” Lucas 10:20 agrega, “¡regocíjense de que sus nombres están escritos en el libro de la vida!” Esta última idea puede recordarnos de los que la navidad era en nuestra niñez, cuando en los días antes de la mañana navideña veríamos paquetes bajo el arbolito de navidad con nuestros nombres escritos sobre ellos. Tan solo ver nuestros nombres escritos ahí traía todo tipo de esperanza gozosa a nuestros corazones.
Bueno, Jesús dice que nuestros nombres están escritos en el cielo. Esto significa que nuestros nombres están en la lista de invitados para una fiesta eterna, o banquete de bodas (Apocalipsis 19:9). ¡Hay una tarjeta marcando nuestro lugar ahí para nosotros! ¡Y tu nombre está en el buzón frente a tu mansión celestial! Y todo esto porque tu nombre está escrito en el Libro de Vida del Cordero (Apocalipsis 3:5; 20:15). Esta es la gloria que nos espera. ¡Con razón tenemos gozo ahora! Porque Jesús vino la primera vez, podemos vivir en gozosa anticipación por la segunda venida.
Esta gozosa esperanza de gloria es parecida a lo que puede que sientas cuando estás muy lejos de tu hogar y tu familia, y estás planeando regresar a tu casa para la navidad. Ese viaje puede que esté a un mes o más de distancia, pero una vez que has hecho tus reservas y tienes tu boleto, el gozo de la expectativa burbujea y hierve en tu corazón.
O piénsalo así. ¿Alguna vez en tu juventud quería algo para la navidad con muchas ganas, y sabías que lo recibirías? Eso me sucedió a mí. En uno de mis años adolescentes, realmente quería un set para armar (¡número 8 ½, con motor e imán!). Y sí, le “eché un vistazo” a los regalos y lo encontré. Puede que preguntes, ¿no arruinó eso tu navidad? La respuesta, ¡absolutamente no! Si alguna vez has tenido una experiencia similar, sabrás lo que se siente. Una vez que SABES que sucederá, desde ese punto en adelante, casi ni puedes esperar a que llegue ese día ¡y estás tan lleno de alegría por la expectativa!
Pero eso tan solo es una pobre imitación del gozo que debemos sentir ahora, mientras vivimos en la esperanza de la gloria, en la expectativa confiada de vida eterna en nuestro hogar celestial.
*Nota del traductor: En inglés, dice «al mundo gozo, el Señor ha nacido».
La versión de la Biblia usada en este artículo ha sido la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH).
Pueden ver el artículo original AQUÍ. O pueden ver el blog del Dr. Cottrell AQUÍ.