Sigue al buen pastor

Artículo escrito por Tabi Boyce.

Anoche escuchaba con mi hijo la Biblia en formato de audio, y tocó Mateo 23.  Este pasaje siempre es muy difícil para mi.

Ya que cumplo con un rol de responsabilidad muy visible en la iglesia, y tengo una necesidad crónica de mantener cierta imagen (y, en mi caso personal, una necesidad adicional de “caerle bien” a la gente), el peligro de caer en la misma trampa que los fariseos es una amenaza muy real para mi.

El dolor intenso que siento cuando veo otra noticia de algún líder de iglesia que le falló a todos es . . . devastador. No puedo empezar a imaginar cómo se han de sentir las personas que lo rodean.  Y ni hablar de lo que ha de sentir Dios.  He visto tantos de estos casos en años recientes, y me angustia esta tendencia.

Pero, dejando eso de lado un minuto . . .

Hubo una frase que capturó mi atención.  “Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican.”  (Mateo 23:3)

Incluso si es que . . . no, más bien . . . CUANDO tu líder de iglesia te falla, aún así eres responsable de cumplir con los mandamientos de Dios.  Créeme cuando te aseguro que Dios les (nos) hará responsables por cada alma que sufre daño.  Confía el Él, confía en su Justicia Perfecta en ese tema.

Dios sabe que la posición de liderazgo es muy vulnerable a abusos, y por eso impone tantos requerimientos estrictos para los roles más responsables. (1 Tim. 3:1-7; Tito 1:6-9) La Biblia indica que habrán consecuencias por nuestras acciones en el día de jucio, y por esa misma razón, uno no debe buscar ni desear ligeramente el rol de líder. Un líder enfrentará esas consecuencias, y el precio es severo. (1 Cor. 3:10-15; 2 Cor. 5:10, Santiago 3:1)

Muchas veces, lo que enseñaban estos maestros quebrantados eran cosas que son buenas y verdaderas.  Endurecieron sus corazones y se rehusaron a alinear sus vidas internas con ello, pero lo que enseñaban era VERDAD.  Serán juzgados por dañar su testimonio con acciones que eran inconsistentes con sus palabras, pero eso no cambia el mensaje original.  Una joya embarrada con lodo sigue siendo una joya.  Y no puedo enfatizar lo suficiente que Dios los jugará por el desastre que hicieron, y por la fe que dañaron en las personas, pero tú . . . TÚ separa el mensaje de su mensajero.

TÚ enfócate en hacer lo que es verdadero, lo que es bueno, lo que es puro.  Sigue siendo fuerte, recibe ánimo, sigue eligiendo el camino de justicia, aunque sientas que eres la única persona andando por ahí.  Es muy difícil, ¡pero puedes hacerlo!

  • Bebe profundamente de Su Palabra todos los días (aunque sea 10 minutos, y en audiobiblia).
  • Infunde tu día entero con oración.
  • Cántale alabanzas, o escribe lo que sientes.
  • Aunque duela mucho ahora, no dejes de asistir con una familia de fe. Si la que te hirió está muy inestable, busca otra, pero no te alejes del rebaño.

Mi oración es que tengas la bendición de tener líderes que están en un buen lugar, espiritualmente, y quienes aman a Dios y lo sirven fielmente hasta el final.  Espero que puedas tener a los que son así, ¡porque sí existen!  Y son más comunes de lo que todas esas malas noticias te harían pensar.  Pero si esta no es tu situación, y tus líderes cayeron por el camino de fe . . . por más difícil e injusto que se sienta . . . mantente en el camino.  Aférrate al único Pastor Verdadero y Bueno—Jesús—y síguelo a Él.

Aunque pases por caminos de sombra de muerte, Él irá contigo, llegando al final a pastos verdes y aguas tranquilas.

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