
Un artículo escrito por J. W. McGarvey. Notas agregadas por la traductora han sido marcadas con asteriscos (*).
CAPÍTULO 3—LOS TÍTULOS EXPLICADOS
1. El término episcopos, supervisor, se usa como término equivalente al de anciano en su sentido oficial. Queda claro al ver el uso de ambos términos en el capítulo 20 de Hechos. Lucas dice que desde Mileto Pablo envió mensaje a Éfeso y llamó a los ancianos de la iglesia. Aquí, de acuerdo a la regla establecida, los ancianos de la iglesia deben ser, no hombres de edad, sino que aquellos llamados al oficio de anciano. Pero Pablo le dice a estos ancianos, «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios.» Los ancianos, entonces, y los supervisores* en la iglesia en Éfeso eran las mismas personas, y supervisores no es nada más que otro título por el cual eran conocidos. Es más, fueron nombrados supervisores por el Espíritu Santo, lo cual implica que por algún proceso dirigido por el Espíritu Santo, habían sido puestos formalmente en esa posición. Esto corresponde a la designación por el cual hemos visto que personas llegan a la ancianía, y es suficiente para establecer la presunción que fueron hechos supervisores por la misma designación que les hizo ancianos.
Tenemos más evidencia de este uso del término en la carta a Tito. Pablo dice, «Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé, esto es, si alguno es irreprensible» (y siguiente); y luego agrega, «porque el obispo debe ser irreprensible». Ahora, el hecho que un obispo (o supervisor) debe ser irreprensible, no podría ser razón por la cual una persona irreprensible debe ser designado como anciano a no ser que un anciano es lo mismo que un supervisor. Es lo mismo como si yo dijese a una sociedad literaria de estudiantes, «Designen a un presidente de su sociedad; si alguno estuviere familiarizado con las reglas parlamentarias; pues el ejecutivo de tal sociedad debe estar familiarizado con estas reglas.» Ahora, en este ejemplo, aunque una persona no supiera más de la palabra ejecutivo que su etimología indica (el que ejecuta) no podría fallar en ver que el término es usado como otro título para el presidente de la sociedad. Es igualmente claro en el caso ante nosotros, que Pablo usa el término obispo (supervisor) como otro título para aquel que es llamado anciano.
2. El término episcopee se utiliza para designar la posición ocupada por los episcopos, o supervisores. Esto se ve en 1 Timoteo 3:1-2. Pablo dice, «Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable.» (etc.) Aquí es claro que aquel que desea episcope, desea ser episcopos. Si espiscopos es supervisor, entonces episcopee debe ser la posición de un supervisor; ¿y qué llamaremos a esta posición en español? El Sr. Green lo traduce, «un puesto de supervisión», que no es una mala expresión del significado. Lo traduce de la misma manera en Hechos 1:20. «Que otro tome su puesto de supervisión.» Yo prefiero solo usar la palabra supervisión, porque es más corto y más parecido al término correlativo supervisor. Sea cual sea la expresión, sin embargo, la idea sigue igual, y el término designa el oficio tenido por un supervisor.
Algunos aquí objetan que no debemos llamar a la supervisión un oficio, porque Pablo en este pasaje expresamente lo llama una obra: «Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer». Sin duda, es una obra, al igual que cada oficio tanto en la iglesia o estado, a menos de ser meramente una sinecura. El hecho que sea una obra no lo hace menos de un oficio. Si el presidente de los Estados Unidos dijese, «Aquel que desea una misión en el extranjero desea una obra pesada», no se entendería del término obra que una misión en el extranjero no es un oficio.
La conclusión, por lo tanto, que naturalmente y necesariamente sale de estos pasajes de la Escritura será confirmada mientras desarrollamos las funciones del oficio. Encontraremos que los ancianos o supervisores de la iglesia son cargados con tales deberes y se les es confiada tal autoridad que les hace oficiales de la iglesia en el sentido más pleno del término.
Antes de dejar esta rama de este tema, debemos notar otra pregunta que ha causado confusión en algunas mentes. Se ha presumido que los ancianos constituyen una clase de la cual los supervisores (u obispos) son elegidos; los ancianos siendo los hombres mayores de la iglesia y los obispos los oficiales. Ya hemos respondido a esta pregunta al mostrar que el término ancianos se utiliza en un sentido oficial para designar las mismas personas como obispos. Los ancianos de la iglesia en Éfeso cayeron todos bajo el término obispos (o supervisores); pues, como hemos visto, los ancianos y no meramente una porción de ellos fueron hechos supervisores.
El tercer y último título que notaremos es pastor. Este término, en su forma sustantiva, es usado tan sólo una vez en el Nuevo Testamento con referencia a oficiales de la iglesia. Está en el pasaje bien conocido, Efesios 4:11, donde pastores son enumerados entre los dones otorgados a la Iglesia por Cristo. La evidencia que este término designa supervisores, obispos o ancianos es conclusiva, y puede ser brevemente mencionado. El término griego para pastor** es poimeen, y el verbo poimaino significa hacer el trabajo de un pastor. Ahora, aquel al que se aplica el verbo es un pastor, tal como aquel que siembra es sembrador, aquel que cosecha es cosechador, aquel que habla es hablador, aquel que canta es cantante, etc. Pero Pablo exhorta a los obispos en Éfeso a «pastorear la iglesia», Hechos 20:28; y Pedro exhorta a los ancianos de las iglesias a las que escribe, «pastoread el rebaño de Dios entre vosotros,» y promete que cuando el «príncipe de los pastores» aparezca, recibirán una corona de gloria. Entonces ellos eran pastores y Cristo el príncipe de los pastores.
El término pastor, derivado del Latín, entró en uso común por la influencia de la versión Vulgata de las Escrituras.*** . . . el término pastor ha sido pervertido por uso sectario y designa en fraseología popular un oficio enteramente diferente al que es aplicado en las Escrituras. Ha llegado a ser sinónimo para un predicador establecido, y muchas veces es usado para el propósito de distinguir al predicador de aquellos quienes, según las Escrituras, deberían ser llamados pastores de la iglesia. Puede que sea imposible recuperar el término de este abuso, así que mejor deshacerse de ella.
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NOTAS:
* En inglés, esta palabra se traduce, en mayor parte, como “overseer”, y esta es la palabra que defiende McGarvey en su tratado. La mayoría de las biblias en español traducen este término como obispo, pero la palabra más cercana a la palabra preferida por el autor es “supervisor”. En el resto del artículo, estas dos palabras serán intercambiables.
** De ovejas.
*** Aquí el autor hace un argumento a favor de la palabra en inglés. El contenido es lo siguiente: «Hay una razón universal para preferir nuestro propio término Anglosajón “shepherd”. La razón se encuentra en que . . .»
**** Nuevamente, McGarvey argumenta a favor de la palabra en inglés. El contenido es lo siguiente: «Otra razón para preferir “shepherd” es que su significado principal es familiar al lector más inculto, y la metáfora por la cual el supervisor es estilado es perfectamente entendible a cualquiera; a diferencia del término pastor, que es conocido a las masas tan sólo en su sentido alterado.»
***** Los tres términos resaltados en este artículo (por si queda alguna confusión) son anciano, obispo o supervisor, y pastor.
Para más información sobre J. W. McGarvey, visiten nuestra página BIOGRAFÍAS.
La versión de la Biblia usada en este artículo es la LBLA (La Biblia de las Américas), a menos de ser específicamente notado.