¿Qué le pasa a los cristianos cuando mueren?

Desde el 28-31 de agosto de 2022, el Dr. Jack Cottrell publicó una serie de notas en su página de Facebook, respecto a lo que piensa que les sucede a los cristianos después de morir.  Hemos aquí reunido las cuatro partes y las publicamos como un solo bloque.  Para ver más artículos escritos por el Dr. Cottrell, visiten su sitio web: http://www.jackcottrell.com.

¿QUÉ NOS PASA A LOS CRISTIANOS DESPUÉS DE MORIR?  He sido un profesor por décadas, y he estado pensando sobre este tema aún más en semanas y meses recientes.  Aquí compartiré algunos pensamientos sobre ellos, por separado.  (Por adelantado, pido disculpas que no podré responder a preguntas sobre esto.)

PARTE UNO: ¿CÓMO SEREMOS DESPUÉS DE MORIR?  El punto principal es que nos llegamos a separar por completo de este cuerpo, lo cual termina siendo totalmente irrelevante para nosotros.  Además, en ese punto NO recibimos nuestros cuerpos nuevos (véase el punto 4).  En otras palabras, llegamos a ser INCORPORALES, existiendo tan solo en la forma de nuestros espíritus.

¿Cómo son los espíritus humanos?  ¿Cómo será una existencia meramente espiritual?  Nuestros espíritus no son—ni ahora, ni nunca—masas fantasmales sin forma, sino que son verdaderas entidades en generalmente la misma forma y apariencia que nuestros cuerpos maduros y sanos.  Nuestros espíritus están formados de una cosa verdadera, pero una cosa que es tan diferente que no podemos experimentarla en nuestro mundo material.  La cosa de lo que está hecho nuestro espíritu es inherentemente diferente del material basada en átomos.

La bendición es que cuando estamos separados de nuestros cuerpos en la muerte, nuestros espíritus ya no estarán plagados o afectados por ninguna imperfección que existe ahora en nuestros cuerpos.

Nuestros espíritus ahora y siempre serán la ubicación y centro de lo que nos hace personas, y de nuestra naturaleza en la imagen de Dios.  Por lo tanto, cuando morimos, podemos decir que solo nuestros cuerpos mueren; el espíritu—nuestra identidad personal y consciencia—sigue existiendo, consciente de nuestro nuevo ambiente (ver parte 2).  Esto incluye estar consciente del pasaje del tiempo; es un error serio asumir que cuando morimos, de alguna manera llegamos a ser “eternos” en el sentido de estar “afuera” del tiempo.  (¡Esto ni siquiera es verdad en el caso de Dios!)  Tampoco repentinamente adquirimos todo conocimiento (omnisciencia), ni ningún otro atributo que solo posee el Dios eterno y no creado.

Pero aquí está el punto más significante: como cristianos redimidos, nuestros espíritus no continúan su existencia en el mismo estado espiritual que hayamos alcanzado para cuando morimos.  Por la gracia de Dios, un cambio maravilloso toma lugar.  Esta es la manera en la que entiendo la referencia en Hebreos 12:23 a “los espíritus de los justos que han llegado a la perfección”.  Esto declara que en algún punto, “los espíritus de los justos”—esto es, los salvos—¡llegan a ser hechos espiritualmente perfectos!  Esto se refiere a nuestra santificación completa.  Yo creo que sucede cuando morimos y así quedamos separados de nuestros cuerpos maldecidos por el pecado (ver Romanos 6-8).

Esto significa que, desde ese punto en adelante, jamás volveremos a tener actitudes, pensamientos u obras pecaminosas.  Seremos espiritualmente completos, como fuimos creados para ser originalmente.  Todavía tendremos el libre albedrío para elegir entre opciones y opuestos, pero no tendremos una naturaleza pecaminosa.  (Esta es la esencia del propio libre albedrío de Dios, en base del cual el nuestro será diseñado.  Ver [])  ¡Esto es lo que más anticipo más que nada!

PARTE DOS: ¿A DÓNDE VAN LOS CRISTIANOS CUANDO MUEREN?  Nuestra respuesta inmediata sin duda será “¡El Cielo!”.  Esto es verdad, pero no necesariamente en la manera que muchos piensan.  Cuando morimos a este mundo, NO despertamos en el cielo final que será nuestro hogar.  Nuestros espíritus inmediatamente son transferidos a UN cielo, pero no es nuestro destino final ni permanente.  Es uno temporario (ver parte 4).

Así que, ¿a qué tipo de cielo entramos al morir?  Yo lo llamo “cielo angélico”, porque está dentro del reino (mundo, universo, dimensión) en el cual los ángeles no caídos viven permanentemente.  ¿Por qué llamarlo “cielo”?  Por que es el único lugar en el que Dios presentemente se manifiesta visiblemente; cualquier lugar donde este es el caso, por definición, es EL CIELO.  (ver parte 3)

Este mundo o dimensión angélica que existe presentemente es el único otro universo o dimensión que Dios originalmente ha creado.  En Colosenses 1:16, Dios llama los dos mundos creados creaciones “visibles e invisibles”.  El universo (material) visible es el hogar naturalmente destinado para nosotros los seres humanos; el universo (espiritual) invisible es el hogar natural de los ángeles.  Este últimos fue específicamente diseñado para ser el ambiente en el cual criaturas SOLAMENTE ESPIRITUALES viven.  Los ángeles son seres solamente espirituales, y así también seremos nosotros (temporariamente) desde el momento después que muramos.  Por lo tanto, en un cierto sentido, allí nos sentiremos “como en casa”.

El reino angelical es un universo real de espacio y tiempo, aunque no está en el mismo “nivel” o en la misma dimensión que la nuestra.  Es aquí donde viven y actúan naturalmente los ángeles, cuando no hayan sido enviados en una misión por Dios.

Creo que Dios ha apartado una porción de este mundo angelical para recibir a los espíritus de los salvos cuando morimos.  La Biblia no da detalles sobre esto, pero cierta información revelada apunta en esa dirección.  Esto incluye más específicamente la presencia de los seres humanos ante Dios en su trono, en este reino angelical (Apocalipsis 6:8 y siguiente).  Ver parte 3.

PARTE TRES: ¿QUIÉN MÁS ESTARÁ ALLÍ CON NOSOTROS?  Cuatro categorías de personas estarán compartiendo este cielo angelical junto con nosotros.

PRIMERO están los ángeles no caídos mismos.  Me gusta pensar que Dios nos apuntará ángeles específicos para supervisar nuestro tiempo y nuestras necesidades hasta que este aspecto de nuestro siguiente viaje sea completo, pero no tenemos detalles sobre esto.  Aunque sí anticipo poder comunicarme en ciertas formas con algunos ángeles.

SEGUNDO, el cielo angelical es el destino post muerte de TODOS los seres humanos quienes han muerto en la condición salva, regresando hasta Adán y Eva.  Los santos del Antiguo Testamento quienes mueren NO esperan hasta la muerte de Cristo para entrar a este cielo.  En todo caso, lo que esto significa para nosotros lo cristianos individuos que entramos ahí es que en realidad podremos interactuar con santos, tales como Moisés y David y Pablo.

¡WOW!  Pero más significativamente, como muchas veces anticipamos, realmente podremos reunirnos con amados cristianos quienes nos han precedido (y quienes vendrán después) a ese cielo.

La TERCERA categoría de personas que estarán ahí cuando entremos es la más maravillosa de las cuatro categorías.  En realidad, solo hay una persona en esta categoría—y esa de DIOS MISMO, probablemente Dios el PADRE.  Ver Apocalipsis 4-5, y también Isaías 6.  Aquí, Dios está sentado sobre un trono y está rodeado por los ángeles cuya misión de honrar y glorificarle.

Parece que Dios se ha separado para sí mismo una parte específica de este mundo angelical, y lo ha puesto como su cuarto de trono, donde su presencia puede ser observada por todos los habitantes de ese mundo.  Esto es específicamente el CIELO angelical.

¿Por qué deberíamos pensar que esta escena gloriosa es parte del mundo angelical, en vez de ser la presencia actual, eterna y no creada de Dios en su glorioso cielo?  Porque está lleno de ángeles, quienes son seres creados, y porque no hay ninguna criatura que pueda entrar al reino divino y ver o experimentar a Dios en Su Ser puro.  (1 Timoteo 6:16 se aplica aquí).  Es por esto que Dios a veces les da a Sus criaturas manifestaciones de Su presencia, llamados TEOFANÍAS.  Una teofanía es una manifestación de Dios en un formato visible que él elija, por el cual interactúa con Sus criaturas, pero que normalmente es temporario.  Sin embargo, yo creo que Dios se ha manifestado a sí mismo en el mundo angelical en una teofanía PERMANENTE, la cual siempre será visible ahí.  Esto es lo que podremos ver después que muramos.

La CUARTA y última categoría también es singular; la Persona única y singular que estará presente con nosotros en el cielo angelical es el Jesucristo resucitado en su naturaleza humana plenamente glorificada.  Esto comenzó con su ascensión.  (Jesús, por supuesto, tiene una naturaleza divina, pero se nos aparece e interactúa con nosotros en el mundo angelical en su naturaleza HUMANA.)  “Cara a cara en plena gloria he de ver a mi Jesús!”  Anticipamos tocarle y conversar con Él, pero en realidad no sabemos cómo funcionará todo eso.  Debemos recordar que su naturaleza humana no es omnipresente, y por lo tanto solo puede estar en un lugar a la vez, aún en la dimensión angelical.  Mucho de ese tiempo seguramente estará presente con la teofanía de Dios el Padre (ver Apocalipsis 5:9 y siguiente).

PARTE CUATRO: ¿QUÉ SUCEDE DESPUÉS DE QUE DEJAMOS EL CIELO ANGELICAL?  Recuerda: ¡nuestra estadía en este estado de gloria es temporal!  Como criaturas naturalmente atadas por el tiempo, estaremos ESPERANDO la siguiente etapa.  ¿Qué estaremos esperando?  (Aquí no puedo dar todos los detalles, pero vean mi libre, “From Now to Eternity: Prophecy and the End Times” [Desde ahora y para siempre: la profecía y los tiempos finales].)  Aquí solamente haré un bosquejo de los eventos que nos llevarán a nuestro cielo FINAL.

El evento de transición que terminará nuestra existencia meramente espiritual y nos dará nuestro estado 100% redimido es la segunda venida de Jesús, en cual tiempo nos dará nuestros cuerpos redimidos (Romanos 8:23; 1 Corintios 15:50 y siguiente).  Desde ese punto en adelante, seremos personas completas, cuerpo y espíritu, plenamente redimidos.

El siguiente evento principal en nuestra serie final de eventos redimidores será el Día de Juicio (Apocalipsis 21:11 y siguiente), lo cual confirmará aquello que hemos tenido por seguro desde el momento en que recibimos la gracia salvadora de Dios, y que entendimos los que significa ser salvo por la gracia.

Siguiendo el Día de Juicio, lo único que queda es ser transferido a nuestro cielo final y eterno.  ¿Y qué ES este cielo final y eterno?  Nada menos que el nuevo cielo y la nueva tierra, o bien, el nuevo universo material (2 Pedro 3:10 y siguiente; Apocalipsis 21:1 y siguiente), ¡lo cual Dios estaba preparando para nosotros al mismo tiempo que estaba sucediendo el Día de Juicio en el cielo angelical!

Este nuevo cielo y nueva tierra será diseñando como la morada eterna para todos los salvos, según existimos en nuestros nuevos cuerpos de resurrección glorificados.  Apocalipsis 21 y 22 describen un poco de la gloria que existirá ahí.  El aspecto más significante de ello está escrito en el capítulo 22:1 y siguiente, lo cual declara que Dios el Padre establecerá su trono en nuestro nuevo universo, tal como lo ha hecho en el cielo angelical, y se manifestará ahí también sobre un trono glorioso.  (Dios puede manifestar teofanías de sí mismo en cualquier número de lugares al mismo tiempo.)

No solo será visible para nosotros esta nueva forma de Dios el Padre, sino también Dios el Hijo, en su existencia humana como el Cristo glorificado, dejará el cielo angelical y vendrá a morar en la nueva tierra junto con todos su hermanos y hermanas redimidos, por toda la eternidad.

Esta es la gloria máxima que ahora estamos anticipando, y por el cual estaremos esperando durante nuestra estadía en el cielo angelical.  ¿Qué expectativa más grande podemos tener que la de pasar la eternidad con nuestro Creador y Redentor en ese cielo final, sabiendo que “el trono de Dios y del Cordero” estará ahí (Apocalipsis 22:3)?

Unas escasas semanas después, (el 16 de septiembre, 2022) el Dr. Cottrell falleció, rodeado de su familia.  Esperamos un día poder reunirnos con él de nuevo.  Hasta entonces, seguiremos tratando de publicar lo que escribió, para que su legado siga vivo muchos años después de su despedida de este mundo.

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