Un artículo escrito por el Dr. Jack Cottrell. Para leer el artículo original, visitar su BLOG.
PREGUNTA: Parece que en el Antiguo Testamento, Dios tiende a ser más legalista y áspero, mientras que el Nuevo Testamento es más sobre la venida de Cristo y el evangelio del amor y la gracia de Dios. ¿Cómo explicamos esta diferencia entre los dos? Sé que el mismo Dios está actuando en ambos testamentos, pero ¿por qué la diferencia?
RESPUESTA: Haré tres puntos principales.
UNO. Una de las verdades más importantes sobre Dios (uno que muchas veces se pierde) es que hay dos lados distintos a su naturaleza moral. Se resumen de manera precisa en Romanos 11:22, “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios” (LBLA). La NIV dice “amabilidad y firmeza”; otros dicen “bondad y severidad”.* La palabra en griego para amabilidad o bondad significa una actitud de bondad o generosidad hacia otros y un deseo por su felicidad y salvación. La palabra para firmeza o severidad significa una actitud de un imparable compromiso a la justicia, incluyendo la justicia retributiva y una adherencia estricta a los requerimientos de la ley. Estos dos lados de la naturaleza de Dios pueden ser resumidas en los atributos de AMOR y JUSTICIA. He explicado esto en detalle en mi libro Lo que dice la Biblia sobre Dios el Redentor.** El capítulo 5 se trata sobre “La santidad de Dios” (lo cual incluye su ira) y el capítulo 6 se trata de “El amor de Dios” (lo cual incluye su misericordia y gracia).
DOS. El segundo punto principal es que los dos pactos y los dos pueblos del pacto NO SON PARALELOS el uno con el otro. La era del Nuevo Pacto no sigue a la era del Antiguo Pacto como la segunda mitad de un juego de futbol sigue la primera mitad. La iglesia no simplemente reemplaza a Israel como “el pueblo especial de Dios”, como si estuvieran cumpliendo con un rol similar bajo sus pactos respectivos. No, el propósito de cada uno es diferente, y la manera en la que Dios se relaciona con cada uno es diferente.
Referente a Israel bajo el Antiguo Pacto, su propósito principal era de preparar para la primera venida del Mesías, el hombre que sería Dios encarnado, el que llevaría a cabo las obras redentoras por el cual “benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3b). Israel fue elegido para ser el instrumento de Dios para traer al Cristo a este mundo. Todo lo que Dios hizo para ellos, y por medio de ellos, estaba llegando a esta meta (Romanos 9:4-5). Es un gran error pensar que Israel sería la familia espiritual de Dios, dentro del cual a cada individuo se le prometía el regalo de la salvación. Esta es la idea errónea que está refutando Pablo en Romanos 9-11. Aquí, Pablo explica que Israel fue elegido para servicio, no para salvación. La salvación estaba disponible para todo judío por medio de la revelación especial de Dios, pero no era garantizada y pocos (un remanente) en realidad lo aceptaron. La mayoría del “pueblo elegido” de hecho eran incrédulos e idólatras, no tan diferentes de sus vecinos paganos. Fueron una nación física, no una familia espiritual. Con razón el lado principal de la naturaleza de Dios que se manifiesta en la era del Antiguo Testamento fue su santa severidad y su ira.
Sin embargo, Israel sirvió su propósito. Trajo al Mesías al mundo, y Jesús el Mesías cumplió su propósito por medio de sus grandes obras de redención, sobre cual base el nuevo pueblo de Dios, la iglesia, fue establecida. Hay una continuidad con el Israel espiritual de la era del Antiguo Testamento (Romanos 9:6; 11:17 y siguiente), pero el pueblo nuevo es un tipo diferente. De verdad es el REINO de Cristo, pero no un reino terrenal (Juan 18:36). Es una familia espiritual compuesta de judíos creyentes y gentiles creyentes por igual; este es el “propósito eterno” de Dios (Efesios 3:11) cumplido por medio de Jesucristo. (Este es el punto principal que Pablo está haciendo en la carta a los efesios.) Un propósito principal en este reino espiritual y familia espiritual es de compartir el mensaje salvador del evangelio a todo el mundo (Mateo 28:18-20)—algo que Israel del Antiguo Testamento nunca fue mandado a hacer. No es sorpresa que el lado principal de la naturaleza de Dios manifestada en esta era del Nuevo Testamento es su misericordia y gracia.
TRES. Esto lleva a mi tercer punto, el cual se relaciona específicamente a la diferencia en las MANERAS en las cuales Dios interactuó e interactúa con su pueblo en las dos eras diferentes. Una cantidad enorme de detalle se podría presentar, pero solo puedo resumirlo aquí. La idea principal es que, en la era del Antiguo Testamento, Dios interactuó con su pueblo (y sus naciones vecinas) mayormente en el nivel físico, mientras que, en esta era del Nuevo Testamento, Dios interactúa con su pueblo mayormente en el nivel espiritual.
Por una parte, Israel fue una nación física con una tierra madre física ganada por medio de guerra física. Membresía dentro de la nación era por nacimiento físico, y la señal de membresía era circuncisión física. Su adoración era principalmente física. La nación tenía un rey físico, y su historia era principalmente interacción con otras naciones, quienes generalmente eran sus enemigos físicos. Sus castigos por Dios eran físicas, normalmente involucrando estos enemigos físicos (los cautiverios); y hasta sus experiencias de salvación espectaculares fueron principalmente físicas (el éxodo de Egipto; el regreso de Babilonia). Dada la larga historia de Israel (dos milenios), la impiedad de su pueblo, y la prominencia de eventos físicos internacionales, es fácil ver por qué el lado más severo de la naturaleza de Dios queda al frente en la era del Antiguo Testamento.
El pueblo de Dios del Nuevo Pacto en verdad es un Reino, pero un tipo de reino diferente, con un nuevo tipo de Rey. Su Reino es espiritual en su naturaleza; o como dice Lucas 17:21, está “entre ustedes” (la mejor traducción). Dios trata con nosotros (la iglesia) de una manera totalmente diferente de la manera en la que trató con Israel. Todo es (en mayor parte) en el nivel espiritual en vez de lo físico. Todos somos creyentes, y miembros de una familia espiritual de Dios basado en un nacimiento espiritual. Nuestra adoración se define espiritualmente (p. ej. tierra espiritual, Filipenses 3:20; templo espiritual, 1 Pedro 2:5; Jerusalén espiritual, Hebreos 12:22; adoración “en espíritu y en verdad”, Juan 4:24). Nuestros enemigos son espirituales (Efesios 6:12), y nuestra liberación es espiritual (la morada del Espíritu Santo, 1 Juan 4:4). Estos son maravillosos regalos y una maravillosa muestra de la maravillosa gracia de Dios.
Creo que esto ayuda a explicar la imagen que vemos de Dios en el Antiguo Testamento, en contraste con la imagen que vemos de él en el Nuevo Testamento. Sin duda, él es el mismo Dios, pero en la era del Antiguo Testamento, por causa de la naturaleza y el propósito del PUEBLO con el que estaba lidiando (la nación física de Israel), y la manera en la cual estaba tratando con ellos, el lado SANTO (severo, airado) de su naturaleza se expresa más. En la era del Nuevo Testamento (y recuerda, el periodo del Nuevo Testamento tiene menos de 100 años) vemos el otro lado de la naturaleza de Dios presentado más prominentemente, porque la naturaleza del nuevo Reino es diferente, y la manera en la cual Dios trata con nosotros es diferente.
Notas del traductor:
* En inglés hay diferencias de traducción entre las versiones. Las versiones en español casi todas concuerdan.
** Este libro es parte de una trilogía de libros, los cuales han sido compilados en un solo volumen llamado “Dios Altísimo”. Este libro puede ser conseguido enviando un mensaje al ministerio La Palabra de Cristo.