Un artículo escrito por J. W. McGarvey. Notas agregadas por la traductora han sido marcadas con asteriscos (*).
CAPÍTULO 5: CÓMO SER EJEMPLOS
Habiendo resaltado y explicado en términos generales los deberes del oficio, ahora nos preguntamos sobre la manera en la que se deben llevar a cabo estos deberes. Nos guiará esta pregunta a considerar, a más detalle, los deberes mismos, puesto que una parte esencial de cada deber es el método prescrito de llevarlo a cabo.
Habiendo juntado y puesto en un grupo al frente mío todas las especificaciones sobre el tema, me siento constreñido a reconocer que el primero de ellos es el requerimiento que los ancianos sean ejemplos a aquellos sobre quienes presiden. No tan solo se les requiere ser ejemplos, sino que ser ejemplo es un elemento esencial en la manera de ejecutar sus deberes oficiales. Pedro exhorta a los ancianos con estas palabras*: «pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo, tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño». «Demostrando ser ejemplos del rebaño» es una de las especificaciones sobre la manera de supervisar. El apóstol Pablo indica lo mismo cuando, en el principio de sus admoniciones a los ancianos efesios, el cargo «tened cuidado de vosotros» precede el cargo de cuidar «toda la grey». Hechos 20:28. También eleva a los ancianos ante la hermandad como ejemplos a ser imitados cuando dice, «Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imitad su fe.» Hebreos 13:7. Aquí a la fe se le considera en términos de su trabajo práctico en la conducta, y la palabra a veces traducida seguir** significa, más estrictamente, imitar. Se les requiere a los discípulos que imiten en su comportamiento la fe de aquellos que reinan sobre ellos; y así, indirectamente pero con mucha fuerza, se les amonesta que su ejemplo sea digno de imitación. Ciertamente se asume como hecho (cuya evidencia no debe dudarse) que un ejemplo es presentado en las vidas de los ancianos.
Jesús enseña la misma idea bajo la figura de un pastor y su rebaño. Dice del pastor, «Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.» Juan 10:4. No hay empujones por detrás sino que constantemente guiar por el frente. Un pastor de Judea yendo frente a su rebaño y llamando a ellos con una voz que conocen y siempre siguen es una imagen inimitablemente bella del Gran Pastor mismo, y de todos los sub-pastores, guiando a sus rebaños hacia las puertas del cielo. Esa voz nunca dirigía a un camino que el pastor mismo no caminaba; aún si así fuera las ovejas no prestaría atención a eso sino que seguirían los pasos del pastor. ¡Qué terrible importancia tiene que esos pasos nunca varíen del camino estrecho y angosto!
Estas amonestaciones se expresan en términos generales y cubren todos los deberes de una vida cristiana. Ser ejemplos para el rebaño, ir por delante y llamar al rebaño a seguirle, es presentar un modelo no de tan sólo una sino de cada virtud. Ser digno de imitación en fe y comportamiento es estar libre de hábitos que deberían evitarse. ¿Nos contentaremos con la mención de estas generalidades o entraremos a detalle? Tal vez el anciano que lea esto pensará que la demandas sobre él son bastantes exactas aún en estos términos generales, pero al riesgo de causarle más temor, y más allá al riesgo de repetición luego, nos aventuramos a especificar algunos de los artículos de comportamiento que constituyen ser un ejemplo.
Regresamos a la conversación de Pablo con los ancianos efesios y lo encontramos cometiendo a ellos el siguiente cargo: «Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado. Vosotros sabéis que estas manos me sirvieron para mis propias necesidades y las de los que estaban conmigo. En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir.»» Hechos 20:33-35. Así que se les requiere a los ancianos, en adición a sus labores para la iglesia, el imitar el ejemplo de Pablo y, por diligente atención al trabajo, ayudar a los débiles y ejemplificar la bendición de dar. La importancia de esto se ve claramente en el hecho que ancianos deben enseñarles a los hermanos a practicar liberalidad y deben imponer la ley de Dios sobre los que codician. Ninguno de estos es practicable sin que ellos mismos pongan un ejemplo de liberalidad. También por esta razón, en sus instrucciones tanto para Timoteo como para Tito, Pablo prescribe que el anciano no debe ser «codicioso de torpes ganancias»*** y Pedro indica que deben supervisar «no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo».**** Deben mantenerse libres de la apariencia de motivos sórdidos en su acción oficial al igual que en su negocio secular. Esto prohíbe hacer cualquier deber oficial con motivos de promocionar negocios de la empresa y de igual manera prohíbe negligencia del deber cuando la realización de ello involucraría una pérdida pecuniaria. Un anciano cuyo negocio secular depende de favor popular es tentado a ir en ambas direcciones. Debe mantenerse puro y por encima de toda sospecha.
En segundo lugar, al anciano se le requiere mantener una reputación intachable. 1 Timoteo 3:2; 1 Tito 1:7. Esto incluye mucho. No debe ser “obstinante”; pues esto estimula obstinación en aquellos con los que debe lidiar y les causa hablar mal de él. No debe ser “iracundo” por la misma razón. Y por la razón adicional que en el momento en que se enoja pierde todo su poder moral sobre los que busca influenciar. No debe ser “dado a la bebida”,***** pues es deshonroso y lo dejará impotente en sus esfuerzos por controlar al intemperante. Si el anciano bebe aún un poco, sus palabras serán como vientos vanos para aquellos que toman demasiado. Debe ser un “amante de lo bueno”,****** pues será juzgado por la compañía que mantiene. Debe ser “prudente”, no sea que su ligereza le quite peso; “justo”, no sea que se le sospeche de deshonestidad y parcialidad; “santo”, no sea que sus exhortaciones a la santidad parezcan ser canto de un hipócrita. Todas estas especificaciones, y más, las hacen los apóstoles y el anciano no debe contentarse ni por un momento si no las posee todas.
Si algún anciano al leer esto, tras hacer una examinación cuidadosa de su propia vida, encuentra que no da el ejemplo aquí descrito en buena medida, que renuncie de inmediato o cambie su vida. Es una cosa terrible ser puesto en una posición cuya naturaleza proclama a uno ser ejemplo a la iglesia de Dios, si el ejemplo realmente exhibido no es bueno. ¡Oh!, que el gran Pastor y Supervisor de todos guíe a todos los sub-pastores y les ayude a ir por delante de sus rebaños en el camino inerrante de la verdad y santidad.
NOTAS:
*1 Pedro 5:2-3
** En inglés.
*** 1 Timoteo 3:3 y Tito 1:7, según la versión Reina-Valera 1960. La versión LBLA, interesantemente, completamente saca esta frase de Timoteo. En Tito, la frase lee: «no amante de ganancias deshonestas».
**** 1 Pedro 5:2, según la LBLA.
***** Según la LBLA. La versión Reina-Valera dice “amador del vino”. La palabra griega “paroinos” significa “junto al vino”.
****** La versión King James dice “amante de buenos hombres”. Versiones más modernas que la versión King James lo traducen como “amante de lo bueno”, pues la palabra “filagathos” en griego parece referirse a lo que podría traducirse como “amante de lo bueno” en vez de “amante del bueno”.
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La versión de la Biblia usada en este artículo es la LBLA (La Biblia de las Américas), a menos de ser específicamente notado.